Amor de padre.

19 de marzo de 2021

Soy de la generación que cuando aprendió a leer y a escribir repetíamos la frase "Mi mamá me mima", que escuchamos mil veces y aplicamos como adultos en circunstancias que nos hacen sonreír recordando nuestra niñez. Sí, las madres nos miman, nos cuidan, se quedan junto a nosotros cuando tenemos pesadillas, nos ofrecen ese postre casero que hace que recuperemos el brillo en la mirada cansada y volvamos a sentirnos niños con toda la vida por delante.

¿Y nuestro padre? ¿Acaso su desvelo es menor? ¿Sus palabras menos cariñosas? Nada de eso, el padre siempre está ahí para mostrarnos el mundo, para jugar y sostenernos en alto, para acompañarnos con mayor silencio, para corregir quizá con más dureza, para brindarnos una mirada cómplice, para reír y regalarnos su entrega lejos de nosotros cuando más cerca quisiera tenernos.

"Retrato sensible". 2020

Ahora es normal que el padre y la madre trabajen y se repartan ese tiempo de educar y disfrutar de los hijos, pero en mi generación lo habitual era que el padre estuviese más tiempo en el trabajo y que la madre adaptara su jornada laboral al horario del colegio. Por eso mismo el tiempo que pasábamos con ellos era siempre una sorpresa, descubríamos las herramientas para reparar cosas (algo que me encantaba), nos enseñaban a disfrutar del campo ese domingo que escapábamos de la ciudad... Nuestros padres conducían pacientes sabiendo que a la vuelta habría una gran caravana, mientras los pequeños caíamos rendidos dormidos en el coche. Otros días podíamos ver su preocupación en su rostro, quizá por el trabajo, las facturas o nuestro propio futuro. Hoy soy consciente de todo ello.

A pesar del tiempo y de las diferentes generaciones, ese "amor de padre" sigue intacto y también sigue pasando inadvertido, aunque algo menos porque se comparten más fácilmente responsabilidades y sensibilidad. Los padres también pueden llorar ya sin tragarse las lágrimas, ver culebrones o series de dibujos animados, hacer manualidades, cocinar, bailar y cantar desafinando... No tienen que ser ese superhéroe o tipo duro que todo lo puede, creo que ser padre siempre es difícil porque se espera mucho de ellos y los hijos no nos damos cuenta de esto hasta que nos hacemos mayores y tenemos nuestros propios hijos.

Este sencillo homenaje va para mi padre y para todos aquellos que ayudaron a desarrollar la vocación de sus hijos, a los que se adaptaron a los nuevos y cambiantes tiempos que les ha tocado vivir, a los que acaban de estrenarse en este papel y para aquellos que algún día llegarán a serlo. Quizá sea más fácil mimar a una madre, pero es de ley que también mimemos a papá, seguro que hay algún detalle que no se esperarán de nosotros si se lo brindamos desde el corazón.

¡Un fuerte abrazo, papá!

Dibujo

"Retrato sensible"

Dibujo

"Retrato sensible"

2020. Lápiz y tinta china sobre papel. 21 x 15 cm. Cuando somos permeables a lo que nos rodea comenzamos a sentir. La sensibilidad no es señal de debilidad, creo que, al contrario, nos aporta el valor suficiente para actuar. Siente.

Una pequeña obra de arte iluminará tu hogar.

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