‍Mis dibujos han sido los protagonistas de esta exposición en Miraflores de la Sierra. En un espacio pequeño, pero lleno de cultura. En el Centro de Arte se puede conocer el legado del poeta Vicente Aleixandre (premio Nobel de literatura), de la escuela de música municipal y disfrutar de las actuaciones que se llevan a cabo en el teatro de la localidad. Hasta que se rehabilite la Casa de la Cultura, ocasionalmente se ofrecen exposiciones. Ha sido para mí una experiencia muy enriquecedora y cercana, a pesar de las circunstancias que esta pandemia implican para llevar a cabo cualquier evento.

Como artista local, son muchos los que siguen mi trayectoria en las redes sociales y esta ha sido una oportunidad para poder ver en directo estos dibujos que he compartido, así se ha podido apreciar su textura, su formato y cada uno de sus detalles. He podido conversar con los que se han acercado y he disfrutado mucho de cada línea escrita en mi libro de firmas. Gracias a todos.

Compartir mi vocación a través de las exposiciones siempre es imprevisible y me hace aprender mucho. Los dibujos son algo aparentemente sencillo, pero en esa sencillez se concentran emociones y vivencias comunes que nos unen. Quiero explicar lo que significa para mí dibujar y espero que sirva para conectar mejor con ellos.

‍

Las ideas vuelan en mi cabeza en todas direcciones, van y vienen revoltosas, ideas sobre nuevas obras, colecciones, materiales, combinaciones entre disciplinas, posibles historias que contar a través del arte e incluso narrar en un nuevo libro. No puedo evitarlo, mi cabeza bulle espontáneamente ante un detalle que despierta mi imaginación, mi curiosidad, mi necesidad de plasmar una emoción sentida o soñada; encuentro nuevas ideas en lugares insospechados, en momentos casi inoportunos, sola o en compañía, en el silencio de la soledad o entre el bullicio de lo que me rodea... Mi mente se abstrae, mi mano busca desesperada un lápiz mientras mis ojos se fijan en el papel más cercano, en ese bloc que me acompaña siempre, y señalo esa pista de aterrizaje donde recoger aquella idea que aleteaba distraída: "Te pillé".

Así es, el dibujo es el primer paso, el lápiz y el papel, como boceto sencillo o trabajo final, colores, acuarelas, pastel, técnicas mixtas; dibujo espontáneo, libre, honesto, sincero, complejo, profundo, transparente, rotundo... el dibujo siempre está ahí. La idea se hace realidad cuando se dibuja, cuando se escribe, cuando viaja desde la mente al papel, cuando la mano se convierte en transmisora y traductora de ese concepto que ilumina la mirada del artista, del poeta, del arquitecto, del científico... del que vibra con la creatividad. El dibujo, la anotación, el apunte, sirven de base para un desarrollo posterior o a veces se convierten en protagonistas absolutos, esa primera referencia a la idea original adquiere un valor descomunal en su sencillez, diría que hasta en su inocencia por ofrecerse sin filtros.

Normalmente el público accede a la obra final, al cuadro acabado, a la escultura fundida, a la novela pulida, a la fórmula magistral, al diseño definitivo. Pocas veces se conoce el proceso que hace posible conseguir ese resultado que se presenta, pero aún menos veces tenemos la posibilidad de ver de dónde surge esa idea que lo provoca todo. Para los creadores, ese primer trazo imperfecto encierra un universo propio que solo ellos son capaces de vislumbrar. Ese dibujo, aparentemente fugaz, guarda un tesoro que permitirá una cascada de nuevas ideas.

El artista duda, busca, incesantemente, la manera de plasmar con la mayor exactitud posible aquello que siente, aquello que necesita expresar... al menos eso es lo que me ocurre a mí. En esa búsqueda del qué, del cómo y el por qué, hay dibujos que terminan rotos en mil pedazos, otros corregidos y algunos vuelan de nuevo, independientes.

Sí, en el papel aterrizan mis ideas, muchas de ellas terminarán transformadas en nuevas obras llenas de personalidad multiplicando la expresividad de ese trazo inicial para ofrecer su máximo potencial, se adaptarán al momento en el que las diseccione, las estudie y elija qué matiz refleja exactamente lo que quiero decir. Otras quedarán a la espera, fuera de mi cabeza bulliciosa, descansando en su propio espacio, latentes... Nunca se pierden, siempre me esperan en esas páginas infinitas como semillas de flores desconocidas.

Dibujar es fundamental para mí, tener a la vista lo que me emociona, lo que me hace reflexionar y sentir. Exponer mis dibujos y darles el protagonismo que merecen es algo realmente especial. Tanto mis esculturas como mis cuadros tienen una personalidad arrolladora, pero los dibujos conquistan por la intimidad que encierran... son como susurros que nos estremecen, aunque también pueden presentar una fuerza inesperada.

Otra exposición que me ha permitido conectar con quienes disfrutan de mis obras.

¡Gracias!