Soy candidata por segundo año consecutivo a las Top 100 Mujeres Líderes en España, otra vez de manera inesperada, otra vez agradecida. El agradecimiento es un sentimiento increíble, sanador, que nos ofrece una mirada reparadora ante las dificultades y nos da la posibilidad de crecer de un modo no planeado... así lo siento yo. Ser seleccionada para formar parte de un grupo de mujeres que trabajan con tanta entrega en aquello que creen, con tantos proyectos que enriquecen a la sociedad en multitud de ámbitos tan distintos es algo que no deja de sorprenderme. Pensamos que estas listas son para mujeres éxitosas en los negocios, con importantes contactos, bien posicionadas socialmente, influyentes... etc., y cuando llaman a tu puerta piensas que se equivocaron de portal. Eso me ocurrió a mí el año pasado y también este, pero no era un error sino un reconocimiento a mi trayectoria y eso solo ocurre cuando llevas un largo camino recorrido.

Hay una persona a la que debo esta visibilidad, Mercedes Wullich, a la que no conozco aún personalmente pero que creyó en mí. No voy a añadir nada más que mi profundo agradecimiento por su apoyo y tiempo dedicado a valorar mi trayectoria como escultora multidisciplinar y emprendedora. Eso ya es un gran premio.

Quería escribir esta publicación para hacer una reflexión (ya sabes lo que me gusta pensar) a cerca de cómo afrontamos nuestra vocación, cómo superamos esos retos, resolvemos nuestras dudas (que a veces son muchas) y cómo conseguimos creer en nosotros un día más (es un ejercicio diario muy recomendable). Cada vez que se destaca la trayectoria profesional de hombres y mujeres hay un denominador común a todos ellos: la tenacidad. Muchas personas que me siguen desde hace años, desde niña incluso, me lo dicen con frecuencia "Tu tenacidad te hace no rendirte y me sirve de inspiración", ¿nos pueden decir algo más bonito que esto? Ser inspiración para quien se acerca a lo que hacemos, sea lo que sea, es un gran motivo para estar muy agradecida. Admirar a alguien por lo que nos inspira transciende lo que hace, en esa inspiración que el otro encuentra hay un reconocimeinto a las dificultades, a la entrega, al propósito y creo que esa es la clave: encontrar nuestro propósito en la vida, esa vocación que merecerá todos nuestros esfuerzos y a la que no tendremos más remedio que ser fieles para seguir vivos.

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Desde niña encontré en el arte mi lugar, un espacio íntimo y profundo en el que desahogar la angustia y celebrar emociones, un medio para comunicar lo que sentía y conectar con lo que ocurría a mi alrededor. Crear es para mí, mi expresión más profunda y lo que da sentido a mi identidad. Los que me conocéis sabéis lo que digo y eso siempre está presente en todo lo que hago. Mi creatividad me empuja sin freno a hacer realidad aquello en lo que creo, esas ideas que pasan por mi cabeza como huracanes y que no se alejan hasta que están plasmadas en un papel: Esculturas, pinturas, dibujos, diseños, libros, joyas, espacios, proyectos... arte en todas sus versiones. También a lo largo de estos 35 años de trayectoria me han preguntado muchas veces por qué no busco una comodidad fianciera desarrollando mi talento en algo más seguro que en ser artista, podría hacer cosas muy "bonitas y vendibles", pero esa no sería yo, no estaría alineada con el propósito que me da sentido, y ya sabemos lo que ocurre cuando uno deja de ser auténtico... te diluyes en una versión de ti sin latidos, insípida y sin fuerza, te conviertes en un autómata resignado, sin alma. A nadie se le ocurre decirle a un escalador que se dedique a pasear por un jardín, pero estoy segura de que al principio pocos le alentaron a llegar a la cima sabiendo el alto precio que ponía en juego, pero cuando alcanza la cumbre, aquellos mismos aparecen como grandes acompañantes. El escalador permanece inmune a los halagos oportunistas pues conoce bien cada paso dado, cada reto, cada lesión, cada pausa, cada intento fallido... su tenacidad y su propósito le hicieron seguir avanzando y conseguirlo. Nos ocurre a todos cuando decidimos seguir la llamada de nuestra "montaña".

Así es, pocas biografías de grandes artistas reflejan una vida fácil y pocas biografías de mujeres excepcionales aparecen sin grandes dificultades, y si hablamos de mujeres artistas no hace falta que diga mucho más. Afortunadamente, vivimos en un tiempo donde podemos desarrollar nuestra vocación plenamente, con los retos que encierra cada una para todo el que se aventure en ella. Tener presente que nada será nunca fácil me lleva de nuevo a esa medicina siempre a mano: DAR LAS GRACIAS por cada oportunidad, por cada nuevo día, por las personas que aperecen en el camino, por elegir lo que sabemos correcto, por rectificar, por estar presentes, por adaptarnos a lo que la vida nos presenta, por aprender, por reír, por llorar, por tener quien nos quiera, por poder querer, por los silencios y la alegría, por equivocarnos, por respirar, por las pequeñas cosas que nos regala un solo día... por la oportunidad de mantener el faro a la vista y no rendirnos.

Ser candidata a las Top 100 Mujeres Líderes significa que en estos años de tenacidad y propósito he aportado valor a quienes se acercaron a mi trabajo, vieron mis exposiciones, leyeron mis libros y reflexiones, disfrutaron de mis diseños, aprendieron en mis ponencias, sintieron con mis obras y encontraron sentido a su propia existencia, creyeron que ser auténtico es una jugada siempre ganadora, el único camino para llegar a nuestra meta. Ser finalista podría brindarme la oprtunidad de compartir lo que aquí expreso con mucha más gente, creo sinceramente que necesitamos personas que nos inspiren a ser tenaces y auténticos... Soy una artista y los artistas somos espertos en hacer realidad nuestros sueños.

En este vídeo comparto la experiencia que viví al asistir a la Gala que se celebró en el Teatro Real de Madrid el 28 de enero de 2024.

‍¡Muchas gracias por acompañarme!

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